Llegamos a Arequipa alrededor de las 5 de la tarde tras un viaje de 6 horas desde Tacna. Como aprenderíamos después, el transporte en bus no es muy puntual (teníamos bus a las 9.50 pero lo atrasaron a las 11 sin previo aviso) y además nos cambiaron el tipo de bus, habíamos pagado por uno con baño y finalmente sólo salió el bus económico, o sea sin baño y con escalas. Cierto es que nos devolvieron la diferencia del valor, de s./ 25 bajó a s./ 20 y finalmente llegamos igual. Tomamos un taxi y preguntamos por el precio promedio de los hostales y hoteles y el taxista se ofreció a llevarnos a un hostal relativamente cercana al centro y económica. En el trayecto nos contó del porqué del nombre de ciudad blanca, Arequipa se encuentra cerca al volcán Misti, al hacer erupción en tiempos pasados, dejo mucha lava y sedimento a su paso, que todavía hoy se puede ver en cerros cercanos como manchas blancas. Grandes piedras de sacaron de ahí y se formaron bloques de color blanquecino que fueron usados para la construcción de casas y edificios. Esa era su explicación para el apodo de la ciudad, cuando llegamos a la ciudad ya habíamos notado dos montañas cercanas, así que asumimos que era verdad.
Al llegar al hostal se veía limpio y además contaba con internet, la pieza cómoda y el precio razonable, de nuevo pagamos s./ 50. Habíamos decidido que solamente pagaríamos 2 noches por adelantado, y después, si se necesitaba pagaríamos más, puesto que en Tacna pagamos por 4 noches y con 2 hubiera bastado.
Nos bañamos, y salimos a comprar algo para comer y a conocer un poco antes de que se hiciera más tarde. El hostal estaba a unas 4 cuadras del centro histórico y ya al salir y mirar las calles notamos que era diferente a Tacna, más gente local, más turista extranjero y no interesado en comprar, sino en conocer, mucha más arquitectura del pasado. Al llegar al centro ya estaba totalmente de noche por lo que todo estaba iluminado y nos quedamos sin palabras. Una plaza bella con una fuente al centro, rodeada de edificios con portales totalmente iluminados y de fondo la catedral, inmensa. En otra esquina, otra iglesia muy grande también. Miles de personas en las calles y muchos, muchos autos.
Preguntamos por un supermercado y había uno en uno de los portales, compramos verificando que los precios eran muy similares a los de Tacna, y seguimos recorriendo y tomando fotos.
Nos metimos por una calle donde había mucho comercio, y ya notamos la presencia de grandes cadenas, tanto en comidas y tiendas de vestir, pero al dar la vuelta te encuentras con las esencia del comercio peruano, ferias y galerías donde encuentras de todo tipo de cosas, muchas casas de cambio y comercio informal. Nos fuimos a comer a nuestro hostal y a descansar, con la idea de salir temprano al próximo día.
Fuimos de nuevo al centro para apreciar las edificaciones de día, muchas de estas edificaciones son ahora el albergue de distintas áreas del comercio, desde tiendas con recuerdos y ropa típica hasta bancos. En el segundo piso de dos portales hay restaurantes que te permiten disfrutar de la vista. Nos alejamos un poco del centro donde encontramos más iglesias y más edificaciones antiguas. Llegamos a un puente y decidimos aventurarnos a subir en una “combi” para llegar a un centro comercial. Sólo habíamos ocupado taxis para movilizarnos cuando era necesario, pero éstas son muchos más económicas y más pintorescas. Pero es una aventura, como cualquier otro medio de transporte que usamos aquí en Perú, porque el tráfico, los conductores son terribles aquí. El disco Pare es sólo una señal dentro de las calles, porque para ellos es más efectivo tocar la bocina y pasar, de hecho para cualquier cosa usan la bocina, si es taxi para llamar la atención de un posible pasajero, para pasar, porque va a cruzar, porque otro está cruzando, para alertar a un ciclista que va a pasar, por cualquier cosa. Hasta los semáforos si los pueden burlar lo hacen, pero en general los semáforos están ubicados en el centro de la ciudad y alguna otra calle con harto tráfico, son un bien escaso aquí.
Pero esto no es sólo aplicable para los taxistas, la mayoría de los conductores son así, en la carretera adelantan en curvas, las señaléticas para velocidad máxima son casi inexistentes, el control en carretera igual. De hecho durante el viaje Tacna – Arequipa sólo nos controlaron los de aduanas. Si tienen miedo a morir en un accidente de tráfico, no les recomiendo que vengan a Perú, porque pasarán con el corazón en la mano.
El mercado de Arequipa es totalmente distinto al mercado central de Tacna, si no tienen un estómago firme les recomiendo no ir , los olores del pescado, la carne, verduras, frutas, comida para alimentos y tantas otras cosas que venden se mezclan para un resultado asqueroso, fui dos veces pero ambas no supe cómo no vomité, trataba de no mirar hacia los animales muertos y nunca sabré cómo la gente puede comer . Aún así se ve gente de toda clase social comprando alimentos.
Mi esposo empezó a sentir problemas con su estómago, ya en Chile le habían diagnosticado problemas a la vesícula, y aquí volvió a sentir los malestares, debido al exceso de condimentos en la comida así que fuimos en busca de medicina más natural, ya que la medicina tradicional no le estaba haciendo efecto. Así llegamos al mercado. Encontramos una tienda naturista y la señora fue muy amable, no nos habíamos dado cuenta de que no nos quedaban soles, así que tuvimos que volver al siguiente día. Estaba atendiendo un caballero ahora, preparó el remedio y nos dio las indicaciones. Le funcionó perfectamente.
Varias de las atracciones están fuera de Arequipa, al parecer el más conocido es un viaje al valle de Colca, lo ofrecían mucho en las calles a los turistas, pero estaba fuera de nuestro presupuesto así que decidimos partir. La verdad es que después de ver tanto edificio antiguo nos aburrimos, además mucho de los sitios para visitar están relacionados con la religión, cosa que no me interesa. Habíamos pensado ir a Nazca puesto que queríamos evitar Lima, pero consultando los precios nos convenía ir mejor a la capital y de ahí seguir. Nos habían advertido que no fuéramos a Lima, que era más peligroso, como cualquier capital dijo el taxista en Arequipa, pero decidimos arriesgarnos. Además hay playa cerca lo que sería ideal para nosotros después de ver sólo cerros. Es un viaje de 16 horas pero aprovecharemos la noche y llegaremos, esperamos, temprano al otro día.
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